Siempre he preferido estar detrás de las cámaras.
Ser yo, la persona que hace la foto y no la que posa.
¿Habría algún motivo para ello? Tal vez ver a través del objetivo, tal vez observar sin sentirse observado o poder esperar al segundo idóneo para captar ese momento perfecto y sentirme cómo si hubiera detenido el tiempo (¡Como si pudiera controlarlo!)
Al final, siempre intentaba reflejar lo mismo, una mirada curiosa, una sonrisa inesperada o un gesto cariñoso, que demostrara que ser humanos, es algo especial.
Quería captar la verdadera esencia de una conversación, una anécdota o un momento vital.
Y aunque siempre me han gustado mucho las fotos (en mi casa tengo varios collages), no me había dado cuenta de lo que las necesitaba, hasta ahora.
En un momento donde tenemos más que nunca
La sensación de no avanzar, de estar viviendo en una burbuja mientras el tiempo pasa… necesitamos las fotos.
Y las necesitamos para que nos ayuden a no olvidar, no ayuden a recordar todo lo que hemos vivido, todas aquellas aventuras que nos hemos atrevido a hacer, todas esas celebraciones de buenas noticias o todas esas conversaciones que nos permitieron crecer.
Porque la sensación de no avanzar en la vida, en muchas ocasiones, es irreal y las fotos aunque a veces puedan doler, te ayudarán a ver que estás equivocado.
Las fotos nos hacen rememorar esos momentos que tanto disfrutamos, esas anécdotas divertidas, las historias más alocadas o lo que empezaron siendo sueños y se convirtieron en realidades.
No voy a echarle la culpa solo a la pandemia, porque la sensación de vivir una y otra vez el mismo día (sin hacer nada distinto), lo puedes tener en cualquier momento de tu vida… ¡El día de la marmota! lo llamaron entonces unas compis mías.
Y de esos días, he tenido muchos, aunque hace tiempo. Pero es verdad que ahora con la pandemia, esta sensación es mucho más grande y se ve mucho más de lo que podía verse antes.
Por lo que si tienes esa sensación de no haber avanzando desde hace tiempo, de haberte estancado en un momento de tu vida, de sentirte en bucle día tras día, te animo a que abras tu móvil (me encantaría decir álbum de fotos) y ver algunas de tus fotos.
Sólo un ratito… para quitarte la sensación de no avanzar
Porque aunque muchas fotos podrán ser imágenes de cadenas o chistes, otras muchas, serán de momentos que has compartido con tus amigos, con tus familiares, con tu pareja y haciendo las cosas que más te gustan, viajando, de ruta, cantando, bailando, de concierto, tomando unas cervezas…
Míralas de vez en cuando, para volver a sentir el momento que representan.
Vuelve a viajar hasta ese lugar escondido, a sentir el calor de las personas que estuvieron contigo, oír sus voces, sus risas, escuchar sus historias…
Las fotos plasmas sólo un momento, pero ¡Qué momento!
Detrás de cada foto, hay una historia diferente. Puedes ver todo lo que has andado en tu camino y a todas aquellas personas con las que lo has compartido. (Porque de todas, sigan en tu tren o se hayan bajado, has aprendido algo).
Viendo las fotos, comprobarás que la vida está llena de momentos para vivir y sobre todo para celebrar.
Porque las fotos te muestran: experiencias inolvidables, fiestas súper divertidas, amigos que han sido padres, reuniones familiares, viajes soñados, los cumpleaños más alocados o simplemente el paseo tranquilo que hiciste respirando hondo y disfrutando de la naturaleza…
Momentos en los que puedes estar acompañado o momentos en los que podemos y debemos estar solos. Aunque la compañía, la buena compañía, siempre suma.
¡Un brindis por la vida! ¡Por todos los momentos buenos que hemos vivido! Y por todos los buenos momentos que vendrán. ¡Porque llegarán! La sensación de no avanzar… pasará.
Abre tus fotos y disfruta del viaje ?