Hace 7 años hice una dinámica sobre una carta bastante escéptica de su resultado, algo que incluso sabía que habían hecho muchos antes que yo… pero ni pude librarme de hacerla ni tampoco me negué a ello.

En esa dinámica nos teníamos que escribir una carta a nosotros mismos. Debíamos pensar en lo que le querrías decirle a tu yo futuro de 5 años o lo que querrías que leyera…

De todas las cartas que me he escrito más adelante, ésta me ha parecido hasta ahora la más difícil de todas, porque sabes que tu yo futuro será (o debería ser) más inteligente que tu presente, o por lo menos que por haber vivido más que tú, tendrá más experiencias para saber cómo gestionarlas. Por lo que ¿qué consejos le iba a decir a mi yo futuro?

Mi letra en 7 años no había cambiado mucho, a lo mejor ligeramente más apretujada y menos redonda, pero las expresiones… ¡muchas las sigo usando! Mi esencia está ahí, mi forma de pensar o de ver en ése momento mi mundo, incluso agradezco cosas a personas que estaban en ese momento en mi vida pero ya no están a mi lado ahora.

Lo que no me acordaba…

Es que aparte de escribir mi carta, escribí 25 propósitos que quería realizar… ¿sabéis cuantos he cumplido en 7 años? ¡1! ¡Solo uno! ¿Cómo podía ser? Leí uno a uno varias veces y aunque no creo que el orden importe, hay muchos que hoy creo que no volvería escribir pero sí que había muchos otros que seguían y siguen estando en mi lista de propósitos.

¿Cómo pueden haber pasado 7 años y no haber cumplido más que uno? ¿Por pereza? ¿Por prioridades? Si los escribí es porque por aquél entonces me parecerían importantes en mi vida… ¿Mi vida no ha cambiado tanto?

Imagino, que el DEBER me nublaría lo que realmente quería hacer o por lo menos intentar hacer en algún momento de mi vida. Ese deber y esa responsabilidad que aunque no quieras, vas asumiendo a medida que creces y te haces adulto.

En el fondo, cada uno de nosotros va creando pequeños retos, metas y objetivos que realmente queremos cumplir, que soñamos alcanzar, los cuales van saliendo poco a poco, y eso es lo que creo que debería moverte, lo que creo que al final ¡te mueve! Pero es muy fácil dejarlos de escuchar

Nos obsesionamos con algo tanto que dejamos de ver todo lo demás. Es como si te pusieran un vaso de agua justo delante de tus ojos, ¿podrías ver lo que hay detrás? Difícil.

Curiosamente, estas cartas justo llegaron el día que empecé ésta aventura. Dejar Madrid, salir de mi zona de confort, empezar de cero con tres proyectos que quería realizar, irme a Canadá a mejorar el inglés, escribir, creer en  mí, en el amor y ponerme a prueba.

Estas cartas no se convertirán en mi decálogo de vida, no serán un checklist a tachar, no sé si de hecho querré volverlo a hacer, pero sí que me han recordado que siempre hay una voz que me grita desde lo más profundo de mi ser: que siga caminando mi camino.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar

Antonio Machado

Así que hoy orgullosa de mí, puedo decir que al final… ¡lo he conseguido!

Lo he conseguido, y a pesar del miedo, de la tristeza, de no haber vivido la experiencia como tenía pensada, de no haber cumplido algunos de mis sueños, vuelvo a casa con la cabeza bien alta sabiendo que me he esforzado, que he sido fuerte a pesar de la crisis y que he disfrutado todo lo que las circunstancias me han dejado.

Me quedo con todo lo positivo de esto, porque hay muchas cosas, de verdad muchas cosas por las que agradecer que decidiera ponerme a prueba, aprender, superarme y quererme incluso cuando me derrumbo. Porque lo importante de caer es saber levantarse.

No me quedo con las ganas de nada, porque lo he hecho. Porque si quieres hacer algo, hazlo. Te podrás equivocar, estará bien o estará mal, pero hazlo, jamás te quedes con las ganas, porque cuando quieras hacerlo a lo mejor… ya es tarde.

¿Lo que más echo de menos? mi gente de aquí y de allí, los abrazos, los besos… todo esto me ha ayudado a priorizar, a valorar y a distinguir lo que es importante y lo que no, lo que merece la pena y lo que no. Y aunque algunas veces se me olvidará, prefiero vivir en calma que tener la razón.

Ahora toca despertar y volver a la vida real, pero incluso eso, será toda una aventura que habrá que disfrutar.

¿Quieres escribirte una carta y una lista de propósitos para leer en 5 años?

close

No te pierdas ningún post y conviértete en un ¡Emocioner!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.